
A Mar la conocí como a tí en las redes sociales. Mar decidió un día ver las cosas desde otro lado, desde este lado….y se puso en contacto conmigo para realizar un mural en su casa, en la cocina, un lugar en el que ella pasa muchas horas. Una cocina aséptica en color blanco es el refugio de la interpretación de «El árbol de la vida» de Klimt. Para los que ya me conoceis, no es un secreto que es mi autor favorito, por lo que su encargo fué recibido por mi cabecita con un abrazo desde el principio.
ENFOCANDO:
PREPARANDO:
DETALLEANDO:
Y como resultado, aunque tengo mucho que aprender y no dejo de hacerlo nunca, sólo darle las gracias a Mar por abrirme las puertas de su casa y dejarme hacer este trabajo para mí tan maravillso. Gracias Mar.
La foto nos la hicieron nuestros hijos y SIIII estamos borrosas! Muack!!!!