Teníais un padre maravilloso. Carlos era alegre y entrañable. Cuando pienso en Él, lo recuerdo en su furgo, escuchando «Ojalá» de Silvio Rodríguez una fría noche en Santa Inés; o tocando la gaita en…cualquier parte…siempre jugando a hacerse el despistado.
Para mí hacer estas zapatillas ha sido muy emocionante. Daniela y Lucas son para su abuela, la madre de Carlos, la vida.
En el salón de Maribel hay colgado un cuadro de Bambi pintado a mano con rotulador y uno de sus hijos Tito le dibuja unos dinosaurios a su sobrino chulísimos.
El regalo de Maribel para los hijos de Carlos. La familia Torres siempre tan presente en mi vida… Un placer. Os quiero.
Gracias Julita, muchas gracias, me has hecho llorar. Eres un sol